Saltar es una capacidad de los seres humanos que nos permite separarnos del suelo por un instante. Vencer la esclavitud que nos pega a la tierra a menudo se vive con una razonable sensación de libertad, y es tal la satisfacción que produce que dar saltos es expresión de alegría.
A los niños y niñas les encanta saltar. Cuando son pequeños saltan sin motivo alguno, por purísima diversión. Luego incorporan los saltos a los juegos, los deportes y los bailes y a falta de poder volar se salta.
Mario Bros, el célebre personaje de los videojuegos de Shigeru Miyamoto, es fundamentalmente un buen tipo que salta y puede que esas sean las primeras razones de la simpatía que contagia. En el primer videojuego en el que aparecía saltaba poco, pero cuando hace 35 años tuvo su propia aventura ya saltaba por los aires.
Para lo sano y divertido que es, quizás no saltemos demasiado y quizás, incluso, dejemos de hacerlo demasiado pronto. Nosotros saltaremos mucho en un verano dedicado al juego, pero tú que estás en casa piensa que saltar no requiere mucho espacio ni mucho tiempo, así que luego, cuando no te vea nadie… salta.
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