CREER EN LA SUERTE

Cuenta una leyenda que en tiempos remotos dos seres andantes, casi dos simios, coincidieron bebiendo de una charca cuando del fondo de ella salió una bestia  enorme y se comió a uno de ellos de un solo bocado. Estupefacto, retrocedió el otro de un salto y quedó clavado al suelo digiriendo una novedosa sensación que no tenía que ver con el hambre o con el frío: había tenido suerte.

Creer en la suerte nos hace humanos, buscarla, desearla para sí o para otros, tentarla. Pensar en la suerte nos emparenta con el pasado, el presente y el futuro y es un ejercicio de pensamiento que hermana nuestros proyectos más elaborados con nuestras apuestas más ridículas.

En el día de la lotería muchas personas, como el protagonista de aquella leyenda, se preguntarán “¿Por qué no a mí?”, y luego vendrán los consuelos habituales con los que la inmensa mayoría no tendremos más remedio que reconocer que, un año más, tuvimos suerte.

¡¡Felices Fiestas!!

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