Ayer domingo terminó el 54 Festival de Cine de Gijón en el que nunca falta la mirada de directores y directoras puesta en el mundo de la infancia y la juventud.
Involucrados en algunas historias, protagonistas de otras, los más jóvenes han aparecido en metrajes largos como Cigarettes et chocolat chaud (de Sophie Reine) o Girl Asleep (Rosemary Myers), y en cortos como La convention de Genève (Benoit Martin) o Ainhoa (Iván Saénz-Pardo).
En “Cigarrillos y chocolate caliente” vemos un padre viudo saliendo adelante con sus dos y chispeantes hijas a las que educa de manera muy personal y lejos de convoncionalismos. De los cortos me quedo, si es con uno, con “Ainhoa”, porque la historia de desahucio está contada de manera diferente, porque la protagonista tiene una carita que llena la pantalla y porque además es el nombre de una ennhorte muy querida por todos nosotros y eso pesa.
Las cámaras tienen su propia manera de criticar, de felicitar y de proponer, por eso es importante que no se olviden nunca de los más pequeños.
